“ Me faltan 3 semanas” , me contó resignado, pero cambió el tono y amenazó: “igual no me voy a bancar perderme el clásico… Quizás, quien te dice, apuro la recuperación y el sábado juego”…

Y el Beto se animó…
Como se anima siempre por Almagro.
La charla se dio cinco días antes, en la noche helada de Isidro Casanova, mezclado entre dirigentes y periodistas que habitábamos esa tribuna ridícula, del Estadio Fragata Sarmiento, que se parece más a una escalera, por lo angosta. (Los que fueron a esa cancha saben de que tribuna hablo).
Y fue allí, donde confesó su loco deseo que cumplió el sábado.
“Tengo fractura de costilla con desplazamiento” dijo…
Le recordé la lesión de Lujambio, que justamente tuvo en nuestro estadio, y que le había costado meses de recuperación…
El frunció el ceño y me retrucó: “lo de Lujambio creo que eran dos costillas”
Después se sonrió, como irónico.
La charla se extendió aún después que Bazán Vera nos convirtiera el primer gol.
“Me voy a poner una faja. Aunque te juro que si me rozan ahí, me matan…”
Le dije que creía que estaba loco, y volvió a sonreir…
Luego del segundo gol nos alejamos dentro de la particular tribuna.
Nos perdimos ente las dos docenas de almagrenses que presenciamos ese partido olvidable.
Me fui triste por el resultado, muerto de frío y sorteando el embotellamiento de autos y personas, teñidos de negro y amarillo que festejaban.
Mi cabeza estaba en otro lado.
Me fui pensando si realmente se iba a animar.
La incógnita se me extendió durante la semana.
Yo sabía que era posible, me lo había dicho él…
Estuve tentado en publicarlo como primicia, ya que soy periodista.
Pero no lo hice.
Me guardé todo para el sábado.
Sentado en la platea disfruté verlo salir a cancha con la camiseta.
Apreté los dientes, impresionado, cuando saltaba a disputar en el aire.
Lo aplaudí a rabiar cuando fue al piso a trabar con un defensor.
Emocionado vi el final del partido.
Un puñado de gente se juntó saludarlo sólo a él.
El respondió con una mirada tímida…
Lo seguí con la vista hasta que se metió en el vestuario.
Seguro que está re-caliente por no ganar, pensé…
Me fui ratificando que está loco…
Buscando la salida de la platea me crucé con Hector Santillán.
Nos saludamos, y me contó que había venido a verlo a él.
Tras ver al “Laucha”, recordé la épocas en la que el Beto, se infiltraba para jugar…
Una década después juega todo un partido con la costilla rota….
Fue entonces cuando ratifique lo que siempre sospeché.
Yaque está loco desde siempre…
Yaque está loco, por Almagro.
Juan Pablo Zumpano
(Foto: Hernán Dardick)
No hay comentarios:
Publicar un comentario